«El propietario» - Rafael Barrett

... cuento extraído de Y el muerto nadó tres días, de Rafael Barrett, editado por Libros de Itaca...

EL PROPIETARIO
(cuento inocente)
  
Pedro y Juan vivían en una isla. La isla era un campo de trigo entre rocas. Pedro era el dueño del campo, porque tenía una escopeta de dos caños, y Juan, no.
Pedro no sabía arar, sembrar, segar ni trillar. Como era bueno, le dijo a Juan:
—Te permito entrar en mi campo, y te daré de comer si me lo aras, siembras, siegas y trillas. No quiero que mueras de hambre, y además debemos cultivar la tierra. El trabajo es padre de todas las virtudes.
Juan, que estaba sobre las rocas, desnudo y llorando, aceptó agradecido.
Y el campo fructificó, y Pedro obtuvo magníficas cosechas, porque Juan era fuerte como una yunta de bueyes. Llegaron a la isla buques que llevaban el grano y traían golosinas, vinos, telas preciosas, oro y alhajas. A veces cruces y condecoraciones. También venía de cuando en cuando alguna bella mujer, de rostro cándido y purísimos ojos. El salario de Juan era un panecillo.
Pasaron los años. Pedro se hacía más rico; Juan, más viejo. De pronto los barcos escasearon sus visitas. El trigo empezó a sobrar en la isla.
—El negocio va mal —le dijo Pedro a Juan una mañana—. No puedo darte más que medio panecillo desde hoy.
Juan calló. Pedro tenía su escopeta.
Pasaron los meses. Juan enflaquecía. El grano se amontonaba en la llanura. Más allá estaba el mar.
Al fin no se divisó ninguna vela. La isla rebosaba de trigo inútil.
—El negocio fracasó del todo —le dijo Pedro a Juan—. No sé qué hacer del trigo. No puedo ya darte nada. Lo siento, porque soy bueno. ¡Vete!
Pedro tenía su escopeta.
Juan se alejó lentamente hacia el mar.